Encendido, no....como a punto de encender.
Si... como esas chispas de la cocina que cuando subís el gas finalmente se encienden.
Se hacen fuego.
Nunca fui demasiado detallista en lo que hacía, tampoco en lo que hacen los demás, pero tengo la sensación de que las personas son como una chispa que nunca terminan de encenderse.
¿Por que será?...no sé, pero tengo mi teoría (hagan como que le prestan atención):
Las personas viven de ilusiones, cada fracaso trae consigo la ilusión de una mejora, lejana, casi imperceptible. La ilusión es justamente la de dejar de ser chispa para ser un fuego arrasante, y sobretodo, útil a la sociedad. Eso mantiene viva a las personas, por que no están apagadas, y sueñan con ser una gran llamarada que persista en el tiempo.
El problema está no con los que nunca lo logran, sino con los que llegan a prenderse fuego.
Amigos, despúes de que uno prende una hornalla, para calentar la casa o calentar el agua de los mates, ¿qué hace?...si...apaga el fuego.
Otro éxito, que es un fracaso.
Otro fracaso, que es un éxito.
