Se acabó la tranquilidad que mi sueño pregonaba
Envuelto en telas, después de pensar.
Porque la cabeza, desarmada, comenzó a armar
Decididamente no dormir te inspira,
decididamente alguien aspira
¿Quién dijo que esta decisión desmedida
no puede ser fingida?
Aclaremos los tantos que el tiempo corre
Y también corro yo, pero me canso rápido.
Por eso hoy empiezo a armar,
mientras dejo de trotar.